Ubicación geográfica de la cultura tiahuanaco
En este artículo, te presentamos un recorrido por las principales zonas geográficas que conformaron el espacio cultural de la cultura tiahuanaco, desde su núcleo central en la cuenca del lago Titicaca hasta sus áreas periféricas en la costa del Pacífico, los valles interandinos, el oasis de San Pedro de Atacama y el extremo norte de Argentina.
- Origen y desarrollo de la cultura tiahuanaco
- La ciudad de Tiwanaku: ¿Cómo era la capital y el principal centro religioso de la cultura tiahuanaco?
- La cuenca del lago Titicaca: ¿Qué papel jugó este recurso hídrico?
- Los valles interandinos: ¿Qué zonas de los actuales países de Bolivia, Perú y Chile ocuparon los tiahuanacotas?
- La costa del Pacífico: ¿Qué relación tuvo la cultura tiahuanaco con las poblaciones costeras?
- El oasis de San Pedro de Atacama: ¿Qué importancia tuvo para la expansión de la cultura tiahuanaco?
- El extremo norte de Argentina: ¿Qué vestigios se han hallado en esta región?
Origen y desarrollo de la cultura tiahuanaco
La cultura tiahuanaco tuvo su origen en el altiplano boliviano, una meseta situada a más de 3.800 metros sobre el nivel del mar, donde se encuentra el lago Titicaca, el lago navegable más alto del mundo. Según algunos estudios, los primeros asentamientos humanos en esta zona se remontan al 2000 a.C., cuando grupos de cazadores-recolectores se establecieron en las orillas del lago y comenzaron a practicar una agricultura incipiente.
Sin embargo, no fue hasta el 1500 a.C. que se inició el proceso de formación de la cultura tiahuanaco propiamente dicha, con la aparición de una alfarería decorada con motivos geométricos y zoomorfos, así como de una arquitectura monumental de piedra con fines ceremoniales. Estos rasgos evidencian una mayor complejidad social y una organización política centralizada, que se consolidó entre el 500 a.C. y el 500 d.C., cuando la ciudad de Tiwanaku alcanzó su máximo esplendor como capital y centro religioso de la cultura tiahuanaco.
Durante este período, conocido como Horizonte Medio, la cultura tiahuanaco expandió su dominio e influencia por gran parte del territorio andino, gracias a su capacidad militar, económica y cultural. Se estima que su área de influencia directa abarcó unos 600.000 km2, mientras que su área de influencia indirecta llegó a unos 2 millones de km2. Algunos de los factores que favorecieron esta expansión fueron:
- El control del lago Titicaca y sus recursos hídricos, que permitió desarrollar una agricultura intensiva basada en sistemas de riego y terrazas artificiales.
- El manejo de la llama como animal doméstico, que facilitó el transporte de bienes y personas por las altas montañas.
- La producción y el comercio de objetos de metalurgia, cerámica y textilería, que reflejaban el prestigio y el poder de la élite tiahuanacota.
- La difusión de un culto solar centrado en la figura del dios Viracocha, que se expresaba en un arte iconográfico con símbolos como la cruz escalonada o el rostro antropomorfo con rayos.
La cultura tiahuanaco entró en decadencia a partir del 1000 d.C., debido a una serie de factores internos y externos, como el cambio climático, las rebeliones sociales, las invasiones de otros pueblos y la competencia de otras civilizaciones, como los wari. Sin embargo, su legado cultural perduró en otras manifestaciones andinas posteriores, como los incas o los aymaras, que conservaron o adaptaron algunos de sus rasgos distintivos.
La ciudad de Tiwanaku: ¿Cómo era la capital y el principal centro religioso de la cultura tiahuanaco?
La ciudad de Tiwanaku fue el núcleo central de la cultura tiahuanaco, tanto en términos políticos como religiosos. Se ubicaba a unos 15 km al sur del lago Titicaca, en el actual departamento de La Paz, en Bolivia. Se estima que su población llegó a unos 40.000 habitantes en su época de apogeo.
La ciudad de Tiwanaku se caracterizaba por su arquitectura monumental de piedra, que reflejaba el poder y la jerarquía de la élite gobernante y sacerdotal. Algunos de los edificios más destacados eran:
- El Templo de Kalasasaya: Era un recinto rectangular rodeado por un muro de piedra con puertas trapezoidales. En su interior se encontraban varias estatuas antropomorfas y el famoso monolito conocido como el “Portón del Sol”, una pieza de 10 toneladas tallada con relieves que representan al dios Viracocha y a otras divinidades.
- El Templo Semi-subterráneo: Era una plaza hundida rodeada por un muro de piedra con cabezas clavadas que representan a diferentes etnias o personajes. En su centro se hallaba una estela con la imagen del dios Viracocha.
- La Pirámide de Akapana: Era una estructura piramidal truncada de siete niveles, que se cree que tenía una función astronómica y ritual. En su cima se encontraba un lago artificial rodeado por esculturas y columnas.
- El Palacio de Pumapunku: Era un complejo arquitectónico formado por plataformas, terrazas y muros decorados con relieves geométricos y zoomorfos. Se destaca por la precisión y la complejidad de sus ensambles de piedra, que se ajustaban sin necesidad de argamasa.
La ciudad de Tiwanaku también se distinguía por su arte iconográfico, que se plasmaba en objetos de metalurgia, cerámica y textilería. Su estilo artístico se basaba en la combinación de formas geométricas y zoomorfas, que creaban diseños simétricos y repetitivos. Algunos de los motivos más recurrentes eran:
- El dios Viracocha: Era la principal divinidad de la cultura tiahuanaco, asociada al sol, al agua y a la creación. Se le representaba como un rostro antropomorfo con rayos saliendo de sus ojos, boca y nariz, o como una figura humana con atributos solares y acuáticos.
- La cruz escalonada: Era un símbolo que representaba los cuatro puntos cardinales, los cuatro elementos (tierra, agua, aire y fuego) y los cuatro niveles del mundo andino (hanan pacha, kay pacha, ukhu pacha y hawa pacha).
- El felino: Era un animal sagrado que simbolizaba la fuerza, la agresividad y la fertilidad. Se le representaba como un jaguar o un puma, con rasgos antropomorfos o combinados con otros animales.
- El cóndor: Era un ave sagrada que representaba el cielo, el vuelo y la libertad. Se le representaba como un cóndor o un águila, con rasgos antropomorfos o combinados con otros animales.
La cuenca del lago Titicaca: ¿Qué papel jugó este recurso hídrico?
El lago Titicaca fue el eje fundamental de la cultura tiahuanaco, ya que le proporcionó recursos naturales, comunicación y sentido simbólico. El lago Titicaca es el lago navegable más alto del mundo, con una superficie de unos 8.300 km2 y una profundidad máxima de 281 m. Se ubica entre los actuales países de Bolivia y Perú, a una altitud de 3.812 m sobre el nivel del mar.
Permitió desarrollar una agricultura intensiva basada en sistemas de riego y terrazas artificiales. Estos sistemas aprovechaban el agua del lago y sus afluentes para cultivar diversos productos, como maíz, quinua, papa, oca, coca y algodón. Además, el lago también fue una fuente de pesca y caza de aves acuáticas, así como de extracción de sal y totora, una planta que se usaba para construir balsas, techos y objetos rituales.
También facilitó la comunicación y el comercio entre las diferentes zonas que conformaban el espacio cultural de la cultura tiahuanaco. El lago era navegable por medio de balsas de totora o de madera, que permitían transportar personas y bienes por sus aguas. Así, se establecieron redes de intercambio entre las poblaciones ribereñas del lago y las poblaciones costeras, interandinas y altiplánicas. Algunos de los bienes que se comerciaban eran metales, cerámicas, textiles, conchas marinas, plumas exóticas y productos agrícolas.
El lago Titicaca también tuvo un significado simbólico y religioso para la cultura tiahuanaco, ya que se consideraba el origen del mundo y de la vida. Según la mitología andina, el dios Viracocha emergió del lago Titicaca y creó el sol, la luna, las estrellas y los primeros seres humanos. El lago también era el hogar de otras divinidades acuáticas, como las sirenas o los mallkus (espíritus ancestrales). Por ello, el lago era objeto de culto y veneración por parte de los tiahuanacotas, que le ofrecían ofrendas y sacrificios.
Los valles interandinos: ¿Qué zonas de los actuales países de Bolivia, Perú y Chile ocuparon los tiahuanacotas?
Los valles interandinos son las zonas situadas entre las cordilleras oriental y occidental de los Andes, que presentan un clima más templado y húmedo que el altiplano. Estos valles fueron ocupados por los tiahuanacotas desde el 500 a.C. hasta el 1000 d.C., como parte de su proceso de expansión territorial. Algunas de las zonas más importantes fueron:
- Los valles del río Desaguadero: Son los valles ubicados al sur del lago Titicaca, en el actual departamento de La Paz, en Bolivia. Aquí se encuentran algunos sitios arqueológicos como Lukurmata, Pajchiri o Iwawi, que evidencian la presencia de centros administrativos y ceremoniales vinculados a la ciudad de Tiwanaku.
- Los valles del río Katari: Son los valles situados al este del lago Titicaca, en el actual departamento de Oruro, en Bolivia. Aquí se hallan algunos sitios arqueológicos como Wila Jawira o Chiripa, que muestran la existencia de asentamientos agrícolas y aldeas fortificadas relacionadas con la cultura tiahuanaco.
- Los valles del río Cusco-Machu Picchu: Son los valles localizados al norte del lago Titicaca, en el actual departamento de Cusco, en Perú. Aquí se ubican algunos sitios arqueológicos como Ollantaytambo, Pisac o Machu Picchu, que revelan la influencia de la cultura tiahuanaco en la arquitectura, el arte y la religión de los incas.
- Los valles del río Copiapó: Son los valles situados al oeste del altiplano, en el actual departamento de Atacama, en Chile. Aquí se localizan algunos sitios arqueológicos como Tulán, Turi o San Pedro de Atacama, que demuestran la presencia de colonias y centros comerciales vinculados a la cultura tiahuanaco.
La costa del Pacífico: ¿Qué relación tuvo la cultura tiahuanaco con las poblaciones costeras?
La costa del Pacífico fue otra zona de expansión e interacción de la cultura tiahuanaco, que se extendió desde el actual departamento de Moquegua, en Perú, hasta el actual departamento de Antofagasta, en Chile. Esta zona presentaba un clima árido y desértico, con escasas precipitaciones y una gran diversidad marina.
La cultura tiahuanaco estableció relaciones con las poblaciones costeras desde el 500 a.C. hasta el 1000 d.C., como parte de su estrategia económica y política. Algunas de las formas de relación fueron:
- La colonización: La cultura tiahuanaco fundó o conquistó algunos asentamientos costeros, donde instaló centros administrativos y ceremoniales. Estos asentamientos se caracterizaban por su arquitectura de piedra o adobe, con plataformas, pirámides y templos. Algunos ejemplos son Omo, Chen Chen o Azapa.
- El comercio: La cultura tiahuanaco estableció redes de intercambio con las poblaciones costeras, a través de caravanas de llamas o balsas de totora. Estas redes permitieron el flujo de bienes y servicios entre la costa y el altiplano. Algunos de los bienes que se comerciaban eran pescado, mariscos, conchas, algodón, plumas, metales, cerámicas, textiles y coca.
- La influencia: La cultura tiahuanaco difundió su ideología y su estilo artístico entre las poblaciones costeras, a través de su iconografía, su cerámica y sus textiles. Estos elementos reflejaban el prestigio y el poder de la élite tiahuanacota, así como su cosmovisión solar y acuática. Algunos ejemplos son los vasos kero, las botellas escultóricas o los mantos policromos.
El oasis de San Pedro de Atacama: ¿Qué importancia tuvo para la expansión de la cultura tiahuanaco?
El oasis de San Pedro de Atacama es una zona situada en el desierto de Atacama, en el actual departamento de Antofagasta, en Chile. Este oasis presenta un clima árido y extremo, con una gran amplitud térmica y una escasa vegetación. Sin embargo, cuenta con fuentes de agua subterránea que permiten el desarrollo de una agricultura y una ganadería limitadas.
El oasis de San Pedro de Atacama fue un enclave clave para la expansión y el comercio de la cultura tiahuanaco, que lo ocupó desde el 500 d.C. hasta el 1200 d.C., como parte de su proceso de colonización e influencia en los valles interandinos y la costa del Pacífico. Algunas de las funciones que cumplió este oasis fueron:
- El control: El oasis de San Pedro de Atacama fue un punto estratégico para el control político y militar de la zona sur del territorio tiahuanacota. Aquí se establecieron centros administrativos y ceremoniales, como Quitor o Tulor, que evidencian la presencia de una élite local vinculada a la ciudad de Tiwanaku.
- El intercambio: El oasis de San Pedro de Atacama fue un punto neurálgico para el intercambio económico y cultural entre la costa, el altiplano y los valles interandinos. Aquí se desarrolló una intensa actividad comercial, basada en la producción y el consumo de bienes como metales, cerámicas, textiles, conchas marinas y coca.
- La integración: El oasis de San Pedro de Atacama fue un punto de encuentro e interacción entre diversas poblaciones andinas, como los atacameños, los diaguitas o los aymaras. Aquí se generó una cultura híbrida y diversa, que combinaba elementos de la cultura tiahuanaco con elementos locales o foráneos.
El extremo norte de Argentina: ¿Qué vestigios se han hallado en esta región?
El extremo norte de Argentina fue una zona de contacto e influencia de la cultura tiahuanaco, que se extendió desde el 500 d.C. hasta el 1200 d.C., como parte de su proceso de expansión e interacción en los valles interandinos y la costa del Pacífico. Algunas de las evidencias que se han encontrado en esta región son:
- La cerámica: La cerámica es uno de los elementos más representativos de la cultura tiahuanaco, que se difundió por todo el territorio andino. En el extremo norte de Argentina se han hallado diversos tipos de cerámica tiahuanacota, como los vasos kero, las botellas escultóricas o las urnas funerarias. Estos objetos se caracterizan por su forma, su color y su decoración, que reflejan la iconografía y la cosmovisión tiahuanacota.
- La metalurgia: La metalurgia es otro de los elementos más distintivos de la cultura tiahuanaco, que se destacó por su técnica y su calidad. En el extremo norte de Argentina se han encontrado diversos objetos de metalurgia tiahuanacota, como los tupus, los pectorales, los brazaletes o los cuchillos. Estos objetos se elaboraban con metales como el oro, la plata, el cobre o el bronce, y se adornaban con motivos geométricos o zoomorfos.
- La arquitectura: La arquitectura es otro de los elementos más sobresalientes de la cultura tiahuanaco, que se manifestó en edificios monumentales y funcionales. En el extremo norte de Argentina se han localizado algunos ejemplos de arquitectura tiahuanacota, como las chullpas, las pukaras o las huacas. Estas construcciones se realizaban con piedra o adobe, y tenían fines funerarios, defensivos o rituales.
La cultura tiahuanaco fue una civilización extraordinaria, que marcó un hito en la historia y la cultura de los Andes. Su ubicación geográfica refleja su capacidad de adaptación, expansión e interacción con diversos ambientes y poblaciones. Su estudio e interpretación nos permite conocer mejor el pasado, el presente y el futuro de los pueblos andinos.
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