Lanzón monolítico de la cultura Chavín
El Lanzón monolítico de la cultura Chavín, también conocido como "el lanzón", es una pieza sagrada perteneciente a la cultura Chavín del antiguo Perú, cuya creación se remonta aproximadamente al año 1000 a.C. Esta imponente obra de granito, con una altura de 4,54 metros, permanece en su lugar original dentro de una galería en el templo viejo de Chavín, llamada “galería del lanzón”.
¿A qué cultura pertenece?
Como se mencionó anteriormente, este monumento es una representación distintiva de la cultura Chavín. Se le denomina "lanzón" debido a su forma que se asemeja a un cuchillo o proyectil, con extremos que alcanzan tanto el techo como la base de la galería. Cada uno de sus tres lados presenta figuras que representan a dioses o seres extraños, fusionando rasgos humanos con los de animales.
La cultura Chavín consideraba al lanzón como una de sus estructuras más veneradas, junto con otras como la estela de Raimondi, el obelisco Tello y la estela de Yauya. Tras la ocupación del valle de Chavín de Huántar por la comunidad huari, alrededor de 1500 años después, continuaron adorando al lanzón como un dios vinculado a la deidad propia, la agricultura y el agua.
¿En dónde se ubican?
El "lanzón" tiene su hogar en el templo de Chavín de Huántar, un sitio que experimentó dos etapas constructivas distintas: el templo viejo (900-500 a.C.) y el templo nuevo (500-200 a.C.). El lanzón fue descubierto en la primera fase, en el templo viejo, diseñado en forma de "U" y caracterizado por galerías subterráneas y celdas. Su ubicación específica dentro del templo viejo se encuentra en una galería accesible a través de un pasillo.
Investigadores, como John Rowe, datan la construcción del lanzón en los inicios del templo viejo, otorgándole al menos 1000 años de antigüedad. Se cree que esta escultura representaba al dios principal de Chavín y que su culto era llevado a cabo por sacerdotes, quienes eran los únicos autorizados a ingresar a las galerías. Los templos de Huántar se consideraban puntos centrales para los creyentes de este dios.
Templo | Período de Construcción |
---|---|
Templo Viejo | 900-500 a.C. |
Templo Nuevo | 500-200 a.C. |
¿Qué es el lanzón monolítico?
El lanzón monolítico, también denominado "el lanzón", es una estructura esculpida por la cultura Chavín de Perú, con una antigüedad aproximada de 1000 años antes de Cristo. Esta imponente obra de más de 5 metros de altura, tallada en granito, presenta una fusión de rasgos humanos y animales. Colmillos de jaguar, patas con forma de garras y un cetro en manos del dios forman una combinación única y distintiva.
Su nombre, "lanzón", proviene de la forma que se asemeja a un colmillo o cuchillo, aunque algunos estudiosos argumentan que este término es incorrecto. Según investigaciones, se sugiere que el término más adecuado sería "huanca", que en quechua significa "piedra sagrada". Este dios representado en la escultura ha generado diversas interpretaciones, siendo considerado por algunos como el dios supremo de Chavín o incluso formando parte de un oráculo.
Características | Descripción |
---|---|
Material | Granito |
Altura | Más de 5 metros |
Rasgos Distintivos | Colmillos de jaguar, patas con garras, cetro en manos |
¿Quién descubrió el lanzón monolítico?
El lanzón monolítico fue descubierto en el siglo XIX por Antonio Raimondi durante su visita al templo de Chavín. Posteriormente, en 1871, José Toribio Polo lo bautizó como "lanzón", un término que algunos consideran incorrecto, ya que se argumenta que debería llamarse "huanca" o "piedra sagrada". Durante años, exploradores y arqueólogos como Ernst Wilhelm Middendorf, Julio César Tello y John Rowe detallaron y estudiaron esta escultura.
Lamentablemente, en 1945, un aluvión dañó la entrada de las galerías subterráneas, ocultando el lanzón. Se discutió la posibilidad de trasladar la escultura a un museo, pero este proyecto nunca se concretó, en parte debido a la creencia popular de que moverlo podría desencadenar catástrofes naturales. Sin embargo, no existen fuentes oficiales que respalden esta creencia.
Características del Lanzón Monolítico: Entre lo Humano y lo Animal
La figura del lanzón monolítico presenta una fusión única de rasgos humanos y animales, lo que la distingue como una obra de arte estética y visualmente impactante. Con una cabeza que ocupa la tercera parte de la escultura, destaca una boca felina con dos colmillos, otorgándole una apariencia feroz. El cabello está representado por líneas de serpientes, acompañado de aretes que añaden detalles.
El cuerpo del lanzón es corto y grueso, y las extremidades superiores son de forma humana. La mano izquierda apunta hacia abajo, mientras que la derecha se eleva con dedos largos. A la altura de la garganta, se aprecia un pectoral decorativo, y el cuerpo está cubierto por una túnica con flecos en los extremos. Cabezas de felinos se ubican por encima de la túnica, y dos cabezas similares a culebras cuelgan de los lados inferiores. Este conjunto de características refleja la complejidad artística de la cultura Chavín.
¿Qué representan?
La interpretación del lanzón monolítico ha generado diversas opiniones entre expertos. Federico Kauffman sugiere que el dios representado en el lanzón es similar al de la estela de Raimondi, pero sin cetros ni plumaje. Kauffman considera que los brazos levantados podrían indicar una característica "voladora". Este dios Chavín ha sido descrito como un ser híbrido: "piscoruna-pumapasim" en quechua, que se traduce como "hombre-ave con boca atigrada".
Contrariamente, la arqueóloga María Fernanda Ugalde plantea una perspectiva diferente. Ella argumenta que el dios en el lanzón podría relacionarse con el "picasso tolita", una escultura en cerámica de la cultura Tumaco-La Tolita. Según Ugalde, este dios podría simbolizar la "dualidad", conectando la transformación y la decapitación. Las divergencias en las interpretaciones resaltan la complejidad de las creencias y la iconografía en la cultura Chavín.
Interpretes | Perspectivas |
---|---|
Federico Kauffman | Relación con la estela de Raimondi, característica "voladora", ser híbrido "piscoruna-pumapasim" |
María Fernanda Ugalde | Relación con "picasso tolita", simbolismo de "dualidad", conexión con transformación y decapitación |
¿Cuál es su relación con la Religión?
La característica principal del lanzón va más allá de su tamaño y forma. La combinación de rasgos animales y humanos, como los colmillos y las garras asociados al jaguar o caimán, se considera común dentro de las creencias andinas. Las representaciones de cabezas de animales en la vestimenta siguen una técnica llamada rivalidad de contorno, con motivaciones religiosas para distinguir a los fieles de los no fieles.
En términos religiosos, muchos expertos consideran al lanzón como el dios supremo de Chavín de Huántar. Sin embargo, las teorías sobre su significado religioso varían. Richard Burger, reconocido arqueólogo, sostiene que la postura del lanzón lo posiciona como un dios calculador entre opuestos, ejemplificando el orden y el equilibrio. Su orientación hacia el oriente podría simbolizar su papel como eje del cosmos, mediador entre la tierra y el suelo.
¿Oráculo o Mediador del Tiempo?
Thomas Patterson, un experto teórico, aporta otra perspectiva. Afirma que la zona superior del lanzón podría haber estado vinculada al piso superior, presentando una pequeña abertura que recorre su estructura y termina en un agujero en la cabeza del dios. Patterson sugiere que esta circunstancia permitiría la creación de un oráculo. Los adivinadores, junto a la figura, recibirían a aquellos en busca de respuestas, transmitiendo sus voces desde el piso inferior hasta el superior, logrando un efecto de eco conocido como "el propio dios hablará".
Conclusión
El lanzón monolítico emerge como una figura trascendental en la historia peruana, destacando como una de las pocas estructuras que se mantiene en su posición original. Si se desea profundizar en el conocimiento de este monolito o experimentar su presencia, un viaje a Ancash, el departamento que alberga el centro ceremonial de Chavín de Huántar, se presenta como una oportunidad única. Este sitio representa uno de los principales atractivos de la región, ofreciendo un vistazo directo a la rica cultura de la antigua civilización Chavín.
En términos generales, el lanzón monolítico es una obra maestra que fusiona lo humano y lo animal, llevando consigo un significado religioso profundo para la cultura Chavín. Su posición en el templo de Chavín de Huántar, su estatus como dios supremo y las diversas interpretaciones sobre su simbolismo revelan la complejidad de las creencias y la iconografía en la antigua sociedad peruana. Aunque su nombre pueda ser discutido y sus características interpretadas de manera diversa, el lanzón sigue siendo un testamento duradero de la creatividad y espiritualidad de la cultura Chavín.
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