La religión de la cultura tiahuanaco

La religión de la cultura tiahuanaco

La religión de la cultura tiahuanaco es un tema fascinante y complejo, que nos permite conocer mejor su visión del mundo, su organización social, su arte y su ciencia. A través de sus creencias, ritos y símbolos sagrados, podemos apreciar la riqueza y la diversidad de su cosmovisión, que integraba la naturaleza, la historia y la espiritualidad.

Índice
  1. La religión de la cultura tiahuanaco: una visión general de sus creencias
  2. Los dioses y los ancestros
  3. Los rituales y las ofrendas de la cultura tiahuanaco.
  4. El culto al sol y al agua
  5. Los templos y los centros ceremoniales
  6. La iconografía y el arte religioso
  7. La influencia de la religión tiahuanaco en otras culturas andinas

La religión de la cultura tiahuanaco: una visión general de sus creencias

La Puerta del Sol

La religión de la cultura tiahuanaco se basaba en el culto a una serie de dioses y seres sobrenaturales, que representaban las fuerzas de la naturaleza y el orden cósmico. Estos dioses se manifestaban a través de diversos elementos, como el sol, el agua, la tierra, el fuego, el rayo, el viento, las montañas, los animales y las plantas.

Los tiahuanacos creían que el mundo estaba dividido en tres niveles: el hanan pacha (mundo de arriba), el kay pacha (mundo de aquí) y el ukhu pacha (mundo de abajo). Cada uno de estos niveles tenía sus propios dioses y seres, y se comunicaban entre sí mediante los ceques, líneas imaginarias que partían desde el centro del universo, que era el lago Titicaca.

Practicaban una serie de ritos y ceremonias para honrar a sus dioses, pedirles favores, agradecerles sus dones y mantener el equilibrio entre los tres niveles del mundo. Estos ritos incluían sacrificios humanos y animales, ofrendas de alimentos, bebidas, textiles, metales, cerámicas y otros objetos, danzas, cantos, oraciones y procesiones. Los ritos se realizaban en lugares sagrados, como los templos, los centros ceremoniales, las fuentes de agua, las cuevas, las islas y las montañas.

iconografia de la textileria

Los dioses y los ancestros

La cultura tiahuanaco tenía un panteón de dioses y ancestros que eran objeto de culto y veneración. Estos seres divinos tenían diferentes atributos, funciones y dominios, y se relacionaban con los humanos de diversas formas. Algunos de los principales dioses y ancestros de la cultura tiahuanaco eran los siguientes:

  • Viracocha: era el dios creador, el origen de todo lo existente. Se le representaba como un hombre barbado con una tiara y un báculo, o como una figura antropomorfa con rasgos felinos. Se le asociaba con el agua, el fuego, el rayo y el arco iris. Se decía que había creado el mundo y a los primeros humanos, y que luego había viajado por el mundo enseñando las artes y las ciencias a los pueblos. Se le rendía culto en el Templo Kalasasaya, donde se encontraba su imagen tallada en piedra.
  • Inti: era el dios del sol, el padre de los incas y el protector de los gobernantes. Se le representaba como un disco solar con rayos, o como un hombre con una corona y un cetro. Se le asociaba con el oro, el maíz, la guerra y la justicia. Se decía que había nacido del lago Titicaca, y que desde allí iluminaba y calentaba al mundo. Se le rendía culto en el Templo Akapana, donde se encontraba su altar en forma de pirámide.
  • Illapa: era el dios de la lluvia, el trueno y el relámpago. Se le representaba como una serpiente emplumada, o como un hombre con una honda y una bolsa de piedras. Se le asociaba con la plata, la papa, la fertilidad y la agricultura. Se decía que vivía en las nubes, y que desde allí enviaba la lluvia y las tormentas. Se le rendía culto en el Templo Pumapunku, donde se encontraba su imagen esculpida en piedra.
  • Pachamama: era la diosa de la tierra, la madre de todos los seres vivos. Se le representaba como una mujer con una falda y una vasija, o como una montaña con pechos. Se le asociaba con el cobre, la coca, la salud y la prosperidad. Se decía que era la fuente de la vida, y que alimentaba y sostenía a sus hijos. Se le rendía culto en el Templo Semi-subterráneo, donde se encontraban sus ofrendas enterradas.

Estos dioses se relacionaban con los ancestros míticos y los gobernantes de la cultura tiahuanaco, que eran considerados como intermediarios entre el mundo humano y el divino. Los ancestros míticos eran los fundadores de las dinastías o los linajes, que habían recibido el mandato o el poder divino para gobernar. Los gobernantes eran los descendientes de los ancestros míticos, que ejercían el poder político y religioso en nombre de los dioses.

rituales de la cultura Tiahuanaco

Los rituales y las ofrendas de la cultura tiahuanaco.

Los rituales y las ofrendas eran las formas de comunicación y de intercambio entre los tiahuanacos y sus dioses. Los rituales eran las acciones que se realizaban para expresar el respeto, el agradecimiento, la petición o la expiación a las divinidades. Las ofrendas eran los objetos que se entregaban a los dioses como muestra de devoción, de reciprocidad o de compensación.

Los rituales y las ofrendas se realizaban en diferentes momentos y lugares, según el calendario, el ciclo agrícola, el ciclo vital o el acontecimiento histórico. Algunos de los rituales y las ofrendas más comunes eran los siguientes:

  • El Capacocha: el ritual de sacrificio humano, que consistía en ofrecer a los dioses a niños y niñas seleccionados por su belleza, su salud y su pureza. Estos niños eran llevados a los templos o a las montañas, donde se les daba de beber chicha y se les enterraba vivos o se les mataba con un golpe en la cabeza. El Capacocha se realizaba para pedir la protección, la prosperidad o la victoria a los dioses, o para aplacar su ira ante una catástrofe o una rebelión.
  • El Ayni: el ritual de reciprocidad, que consistía en compartir y devolver los bienes y los servicios entre los tiahuanacos y sus dioses. Estos bienes y servicios podían ser alimentos, bebidas, animales, textiles, metales, cerámicas, trabajo, conocimiento o ayuda. El Ayni se realizaba para mantener el equilibrio, la armonía y la solidaridad entre los tres niveles del mundo: el hanan pacha, el kay pacha y el ukhu pacha.
  • El Despacho: el ritual de ofrenda, que consistía en preparar y entregar a los dioses un paquete con diversos objetos simbólicos, como hojas de coca, semillas, granos, conchas, plumas, lanas, hilos, monedas, caramelos, cigarrillos y alcohol. El Despacho se realizaba para agradecer, pedir o curar a los dioses, y se podía quemar, enterrar, arrojar al agua o dejar en un lugar sagrado.

El culto al sol y al agua

La cuenca del lago Titicaca

El sol y el agua eran dos elementos naturales fundamentales para la vida y la religión de la cultura tiahuanaco. El sol proporcionaba la luz, el calor y el movimiento al mundo, y el agua daba la fertilidad, la limpieza y la renovación a la tierra. Ambos elementos se complementaban y se equilibraban, y se les consideraba fuentes de vida y de poder.

El culto al sol se basaba en la observación y el seguimiento de los ciclos solares, que marcaban las estaciones, los meses y los días. Los tiahuanacos construían calendarios solares, como el famoso monolito Ponce, que tenía 24 columnas que representaban los 24 meses lunares del año solar. También celebraban fiestas solares, como el Inti Raymi, el solsticio de invierno, que era el día más corto y la noche más larga del año, y el momento en que el sol renacía y comenzaba a crecer.

El culto al agua se basaba en la veneración y el manejo de las fuentes de agua, como el lago Titicaca, los ríos, las lagunas, las fuentes y los manantiales. Los tiahuanacos construían sistemas hidráulicos, como los canales, las acequias, los acueductos y los reservorios, que les permitían aprovechar y distribuir el agua para el riego, el consumo y el culto. También realizaban rituales acuáticos, como el Unu Pachakuti, el cambio de agua, que era el momento en que el agua se renovaba y se purificaba, y se le ofrecían objetos de oro, plata, cobre y piedra.

Los templos y los centros ceremoniales

El Templo de Kalasasaya

Los templos y los centros ceremoniales eran los lugares sagrados donde se realizaban los ritos y las ceremonias de la religión de la cultura tiahuanaco. Estos lugares se caracterizaban por su arquitectura monumental, su simbolismo astronómico y su ubicación estratégica. Los tiahuanacos usaban materiales como la piedra, el adobe, la madera y el metal para construir y decorar sus edificios religiosos.

Los templos y los centros ceremoniales más importantes de la cultura tiahuanaco eran los siguientes:

  • Tiwanaku: el centro religioso, político y administrativo de la cultura tiahuanaco, situado cerca del lago Titicaca. Tiwanaku albergaba varios templos y edificios, como el Templo de Kalasasaya, el Templo de Pumapunku, el Templo de Akapana, el Templo de Putuni y el Templo de Kheri Kala. Tiwanaku era el lugar donde se celebraban las fiestas solares y los rituales de iniciación, y donde se enterraban a los gobernantes y a los sacerdotes.
  • Pukara: el centro religioso y militar de la cultura tiahuanaco, situado en el valle del río Ilave, en el sur del Perú. Pukara tenía una forma piramidal, con terrazas, rampas, plazas y patios, que se elevaban hasta una cima, donde se encontraba el Templo Mayor. Pukara era el lugar donde se rendía culto al dios del rayo, Illapa, y donde se almacenaban los productos agrícolas y los objetos de metal.
  • Omo: el centro religioso y comercial de la cultura tiahuanaco, situado en la costa del océano Pacífico, en el norte de Chile. Omo tenía una forma circular, con un muro perimetral, una plaza central y varios recintos, que se comunicaban por pasajes subterráneos. Estos recintos tenían funciones específicas, como el Recinto de los Sacerdotes, el Recinto de los Pescadores, el Recinto de los Artesanos y el Recinto de los Comerciantes. Omo era el lugar donde se rendía culto al dios del mar, Tunupa, y donde se intercambiaban productos marinos y terrestres.

La iconografía y el arte religioso

El Templete Semisubterráneo

La iconografía y el arte religioso eran las formas de expresión y de difusión de la religión de la cultura tiahuanaco. La iconografía era el conjunto de imágenes y de símbolos que representaban a los dioses, a los mitos, a los ritos y a las creencias de los tiahuanacos. El arte religioso era el conjunto de obras y de objetos que plasmaban la iconografía en diferentes medios y materiales, como la piedra, el metal, la madera, la tela, el barro y el papel.

La iconografía y el arte religioso de la cultura tiahuanaco se caracterizaban por su complejidad, su variedad y su originalidad. Los tiahuanacos combinaban elementos geométricos, zoomórficos, antropomórficos y fitomórficos, creando figuras híbridas, abstractas y simétricas. También usaban colores vivos, contrastantes y simbólicos, como el rojo, el blanco, el negro, el azul, el verde y el amarillo.

La iconografía y el arte religioso de la cultura tiahuanaco se manifestaban en diferentes obras y objetos, como los siguientes:

  • Las esculturas: eran las obras más representativas y monumentales de la cultura tiahuanaco, que se tallaban en piedra o se fundían en metal. Algunas de las esculturas más famosas son el monolito Bennet, el monolito Ponce, el monolito Fraile, la estela de Tiwanaku, la puerta del sol, la puerta de la luna, la cabeza clava y el dios de los báculos.
  • Los textiles: eran los objetos más finos y delicados de la cultura tiahuanaco, que se tejían con lana de llama, alpaca o vicuña, o con algodón. Los textiles tenían funciones prácticas, como el abrigo, el transporte o el almacenamiento, y funciones simbólicas, como el adorno, el estatus o la ofrenda. Los textiles se decoraban con motivos geométricos, zoomórficos y antropomórficos, usando técnicas como el bordado, el anudado, el teñido y el estampado.
  • La cerámica: era el objeto más común y diverso de la cultura tiahuanaco, que se moldeaba con arcilla y se cocía al fuego. La cerámica tenía funciones utilitarias, como el almacenamiento, el consumo o la cocción, y funciones rituales, como el culto, el entierro o el sacrificio. La cerámica se pintaba con colores vivos, usando formas y diseños variados, como el kero, el plato, el vaso, el cántaro, la botella, el incensario y la figurilla.

La Pirámide de Akapana

La influencia de la religión tiahuanaco en otras culturas andinas

La religión de la cultura tiahuanaco no solo fue una expresión de su propia identidad y cosmovisión, sino también una fuente de inspiración y de influencia para otras culturas andinas que se desarrollaron después de su decadencia y su desaparición. Estas culturas adoptaron y adaptaron algunos de los elementos religiosos tiahuanacos, como los dioses, los ritos, los símbolos y el arte, y los integraron en sus propias creencias y prácticas.

Entre las culturas andinas que recibieron la influencia de la religión tiahuanaco, podemos mencionar a las siguientes:

  • Los wari: una cultura que se expandió por gran parte de los Andes centrales entre los siglos VII y XIII d.C., y que se considera el primer imperio andino. Los wari adoptaron el culto al sol, al agua y a la tierra, y construyeron templos y centros ceremoniales similares a los de Tiwanaku, como el de Pikillacta, en el Cusco. Los wari también usaron la iconografía y el arte tiahuanaco, especialmente en sus textiles y en sus cerámicas, que mostraban figuras geométricas, zoomórficas y antropomórficas.
  • Los chancas: una cultura que se estableció en el sur de los Andes centrales entre los siglos XII y XV d.C., y que fue uno de los principales rivales de los incas. Los chancas veneraron al dios del rayo, Illapa, y le dedicaron templos y ofrendas en las montañas, como el de Huaytapallana, en Huancayo. Los chancas también emplearon la iconografía y el arte tiahuanaco, especialmente en sus esculturas y en sus metales, que representaban a los dioses, a los animales y a los guerreros.
  • Los incas: una cultura que se consolidó como el mayor imperio andino entre los siglos XV y XVI d.C., y que abarcó gran parte de Sudamérica. Los incas reconocieron a Viracocha como el dios creador, y le atribuyeron el origen de su dinastía y de su imperio. Los incas también rindieron culto al sol, Inti, y al agua, Mama Cocha, y les erigieron templos y santuarios en todo su territorio, como el de Coricancha, en el Cusco. Los incas asimilaron la iconografía y el arte tiahuanaco, especialmente en sus arquitecturas y en sus quipus, que reflejaban el orden, la simetría y la armonía de su religión y de su sociedad.

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