¿Qué son los camellones o waru waru de la cultura Tiahuanaco?
Los camellones o waru waru son una técnica agrícola milenaria que consiste en la construcción de campos elevados rodeados de canales de agua. Esta técnica fue desarrollada por la cultura Tiahuanaco, Los camellones permitían aprovechar al máximo las condiciones ambientales del altiplano, una región caracterizada por su clima frío, seco y ventoso, su suelo salino y pedregoso, y su escasez de agua y de nutrientes. Eran una solución ingeniosa y ecológica para cultivar una gran variedad de productos, como maíz, quinua, papa, oca, mashua, tarwi, coca y algodón, entre otros.
Origen e historia de los camellones de la cultura Tiahuanaco
El origen y la historia de los camellones son temas que han despertado el interés y la curiosidad de muchos investigadores, tanto nacionales como extranjeros. Sin embargo, no existe una respuesta definitiva ni un consenso absoluto sobre estos aspectos, ya que se trata de un fenómeno complejo y dinámico, que involucra diversos factores sociales, culturales, ambientales y temporales.
Según algunas fuentes, los camellones habrían surgido alrededor del año 800 a.C., como una respuesta a las condiciones climáticas adversas que se presentaron en el altiplano andino durante el período denominado “Arcaico Tardío”. Estas condiciones incluían sequías prolongadas, heladas intensas, inundaciones repentinas y erupciones volcánicas. Ante esta situación, los pobladores del altiplano buscaron nuevas formas de aprovechar el agua y el suelo, y así nacieron los camellones.
Según otras fuentes, los camellones habrían aparecido alrededor del año 200 d.C., como una innovación tecnológica impulsada por la cultura Tiahuanaco, que alcanzó su apogeo entre los años 500 y 1000 d.C. La cultura Tiahuanaco se caracterizó por su desarrollo urbano, político, religioso, artístico y científico, que se refleja en el impresionante sitio arqueológico de Tiwanaku, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. La cultura Tiahuanaco expandió su influencia y su dominio por el altiplano y las zonas aledañas, y difundió su técnica de los camellones entre otras culturas, como los aimaras, los quechuas, los lupacas, los collas y los incas.
Te puede Interesar:¿Cómo se construían y se manejaban los camellones?
Los camellones se construían y se manejaban siguiendo una serie de pasos y criterios que demostraban el conocimiento y la habilidad de los tiahuanacos. Estos pasos y criterios eran los siguientes:
- Primero, se seleccionaba el terreno adecuado para la construcción de los camellones, teniendo en cuenta la disponibilidad y la calidad del agua, el tipo y la profundidad del suelo, la orientación y la inclinación del terreno, y la exposición al sol y al viento.
- Segundo, se trazaba el diseño y la distribución de los camellones y los canales, usando instrumentos como cuerdas, estacas, varas y plumas. El diseño y la distribución podían variar según la forma y el tamaño del terreno, pero generalmente seguían un patrón rectangular, cuadrado o circular, con camellones paralelos o concéntricos, y canales perpendiculares o radiales.
- Tercero, se excavaba el suelo para formar los camellones y los canales, usando herramientas como palas, picos, azadas y rastrillos. Los camellones tenían una altura de entre 0.5 y 1.5 metros, y una anchura de entre 2 y 4 metros. Los canales tenían una profundidad de entre 0.5 y 1 metro, y una anchura de entre 1 y 2 metros. El suelo que se extraía de los canales se usaba para rellenar y elevar los camellones, y se mezclaba con materia orgánica, como estiércol, paja, ceniza o restos vegetales, para mejorar su fertilidad.
- Cuarto, se llenaba los canales con agua, usando sistemas de captación, conducción y distribución, como acequias, canaletas, tuberías, compuertas y vertederos. El agua provenía de diferentes fuentes, como ríos, lagos, lagunas, manantiales o pozos. El agua se almacenaba en los canales y se regulaba según la demanda de los cultivos y las condiciones climáticas.
- Quinto, se sembraba y se cosechaba los productos en los camellones, usando técnicas de rotación, asociación y diversificación. Los productos se sembraban y se cosechaban en diferentes épocas del año, aprovechando el ciclo de las lluvias y las temperaturas. Los productos se combinaban y se alternaban, buscando la complementariedad y la sinergia entre ellos. Los productos se variaban y se seleccionaban, buscando la adaptación y la resistencia a las plagas y las enfermedades.
¿Qué ventajas tenía el uso de los camellones?
El uso de los camellones tenía muchas ventajas, tanto desde el punto de vista productivo como desde el punto de vista ambiental y social. Estas ventajas eran las siguientes:
- Permitían aumentar y diversificar la producción agrícola, al optimizar el uso del espacio, el agua y el suelo. Los camellones podían producir hasta cuatro veces más que los cultivos tradicionales, y podían albergar hasta 20 especies diferentes de plantas. También permitían asegurar y almacenar la producción, al proteger los cultivos de las inundaciones y las heladas, y al facilitar su conservación y su transporte.
- Contribuían a mejorar y conservar el ecosistema, al generar y reciclar los nutrientes, al regular y purificar el agua, al moderar y equilibrar el clima, y al preservar y fomentar la biodiversidad. Los camellones eran un sistema ecológico y sostenible, que no contaminaba ni degradaba el ambiente, sino que lo enriquecía y lo armonizaba.
- Favorecían el desarrollo y la cohesión de la comunidad, al generar y distribuir los recursos, al facilitar y fortalecer el trabajo colectivo, al promover y transmitir el conocimiento y la cultura, y al expresar y reafirmar la identidad y la cosmovisión. Eran un sistema social y solidario, que no excluía ni explotaba a las personas, sino que las integraba y las empoderaba.
¿Qué desafíos enfrentaban?
Los camellones no eran una técnica agrícola perfecta ni infalible, sino que también enfrentaban algunos desafíos y dificultades, tanto internos como externos. Estos desafíos y dificultades eran los siguientes:
Te puede Interesar:Desde el punto de vista interno
Los camellones requerían de un mantenimiento y una conservación constantes, que implicaban un trabajo colectivo y organizado, una planificación y una coordinación adecuados, y una inversión y una supervisión permanentes. Podían sufrir daños o deterioros por el paso del tiempo, el uso intensivo, el descuido o la negligencia, lo que podía afectar su funcionamiento y su rendimiento.
Desde el punto de vista externo
Los camellones estaban expuestos a las amenazas y los riesgos del ambiente, de la política y de la sociedad, que podían provocar su abandono o su destrucción. Podían sufrir las consecuencias de los cambios climáticos, las sequías, las inundaciones, las heladas, las plagas o las enfermedades, que podían reducir o arruinar la producción. También podían sufrir los efectos de los conflictos sociales, las invasiones, las guerras, las rebeliones o las migraciones, que podían alterar o romper el orden y la armonía de la comunidad.
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